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Así puedes evaluar tu impacto ambiental con datos reales

Medir las emisiones de GEI y el impacto de las operaciones empresariales en la biodiversidad y el estrés hídrico es el primer paso para una estrategia ambiental responsable

En México, cada vez más empresas comienzan a mirar hacia abajo —literalmente— para entender el terreno donde operan. La ubicación ya no solo define la logística o el acceso a recursos, sino también el grado de impacto ambiental que sus actividades pueden generar en zonas de alta biodiversidad o estrés hídrico. A medida que la conciencia social y las regulaciones ambientales para empresas se endurecen, y los recursos naturales se vuelven más escasos, operar en estas regiones implica mayores riesgos reputacionales y financieros, pero también la oportunidad de asumir un liderazgo ambiental basado en información sólida.

Este enfoque cobra aún más relevancia frente al contexto del estrés hídrico. El World Resources Institute (WRI) señala que 25 países, que albergan a una cuarta parte de la población mundial, enfrentan un estrés hídrico extremadamente alto. México se encuentra entre las naciones más afectadas, pues según un estudio de BBVA, ocupa la posición 26 a nivel global en estrés hídrico. A nivel nacional, el problema es alarmante, ya que el 41 % del territorio enfrenta condiciones críticas de disponibilidad de agua, y 46 municipios se encuentran en sequía excepcional, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Diagnóstico confiable, primer paso para cumplir con regulaciones ambientales para empresas en México

En respuesta a este desafío y con miras a ayudar a las empresas en México a determinar el impacto de sus operaciones en la biodiversidad y el estrés hídrico, permitiéndoles cumplir con regulaciones ambientales y alcanzar certificaciones ambientales para empresas, el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF), en colaboración con la Cooperación Alemana al Desarrollo Sustentable (GIZ), desarrollaron una herramienta para identificar zonas protegidas y de biodiversidad y estrés hídrico.

Esta plataforma permite ingresar una dirección geográfica y, con base en bases de datos confiables —como la World Database on Protected Areas (WDPA), la Aqueduct Water Risk Atlas, Conagua y Conabio—, determinar si una empresa opera dentro o cerca de zonas de alta sensibilidad ambiental. Así, organizaciones de todos los tamaños pueden identificar su proximidad a reservas ecológicas, corredores biológicos o regiones con estrés hídrico extremo.

Este tipo de diagnóstico territorial es un paso fundamental para que las empresas ambientalmente responsables alineen su operación con estándares internacionales de sostenibilidad, accedan a financiamiento verde o eviten conflictos con comunidades. Elsa García, directora del área técnica del CINIF, explica: “Queremos facilitar que las empresas identifiquen sus riesgos desde la ubicación de sus operaciones, para que puedan tomar decisiones estratégicas alineadas con las nuevas exigencias del mercado y del planeta”.

Cuidar el entorno comienza por saber dónde estás y cuánto impactas

Además de visibilizar la ubicación respecto al entorno natural, esta herramienta también ayuda a calcular las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que permite traducir el impacto en datos concretos para los reportes ESG empresariales.

¿Por qué es relevante medir este impacto? Más allá de cumplir con leyes ambientales, y en especial con las regulaciones ambientales para empresas en México, identificar si una planta o centro de operaciones está dentro o cerca de zonas protegidas, también permite a las organizaciones optimizar el uso de recursos y evitar sanciones que, en mercados internacionales, pueden traducirse en exclusión de cadenas de suministro o pérdida de financiamiento.

“En un México donde la gestión del agua y la protección ambiental son cada vez más críticas, especialmente para empresas ubicadas cerca de áreas sensibles, contar con herramientas robustas y estándares de información en sostenibilidad se vuelve fundamental. Desde CINIF, creemos que estas herramientas para la gestión ambiental no solo facilitan la transparencia y el cumplimiento, sino que son palancas estratégicas para que las empresas identifiquen riesgos, optimicen su impacto y, en última instancia, fortalezcan su competitividad y legitimidad en el futuro empresarial del país”, agrega Elsa García.

Un puente entre sostenibilidad, inversión y competitividad

En el contexto mexicano, donde los marcos regulatorios sobre sostenibilidad se están consolidando, cumplir con certificaciones ambientales para empresas en México y anticiparse a estas exigencias permite a las empresas insertarse en cadenas de valor internacionales, atraer inversión con criterios ESG o demostrar su compromiso ambiental con métricas verificables.

En definitiva, conocer con precisión el impacto de sus operaciones sobre la biodiversidad y el estrés hídrico permite a las empresas integrar criterios ambientales desde su ubicación. Este enfoque ya no es opcional: forma parte del nuevo estándar de transparencia y sostenibilidad empresarial.

Porque en un mundo que avanza hacia la sostenibilidad como condición de competitividad, la información precisa es el primer paso para hacer empresa con responsabilidad.

El impacto ambiental comienza con saber dónde estás parado. Hoy, medir con precisión es la clave para operar con visión de futuro.

Fotografía: Cortesía del Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF)