El evento paralelo “Sistemas Integrales de Cuidados en Movimiento: Aprendizajes desde los UNCT y gobiernos nacionales” se llevó a cabo en el marco de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe
Los cuidados son el pilar fundamental del bienestar y la prosperidad de las personas, las comunidades y el ecosistema. Tienen la función social del sostenimiento de la vida, la economía y la sociedad; sin ellos, las economías y sociedades se paralizarían.
Así se estableció en el evento paralelo “Sistemas Integrales de Cuidados en Movimiento: Aprendizajes desde los UNCT y gobiernos nacionales”, el cual se llevó a cabo en el marco de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe.
A través de voces de autoridades gubernamentales y representantes de la ONU, en el diálogo se compartieron retos, oportunidades y buenas prácticas de Chile, Uruguay, Brasil y México, lo que generó un espacio idóneo para el fortalecimiento de la cooperación y el apoyo técnico para la agenda regional de cuidados en el marco del Sistema de las Naciones Unidas.
De acuerdo con el Perfil Regional de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado aporta un valor de entre el 18.8 % y el 26.8 % del Producto Interior Bruto (PIB), aporte realizado en un 74.5 % por mujeres.
“Cuando el cuidado recae desproporcionadamente en las mujeres se les obliga a elegir entre su desarrollo profesional y sus familias. Esta elección forzada no es un asunto privado, es un freno para la economía entera y crea un riesgo directo para la sostenibilidad a largo plazo. El cuidado se debe vincular con el motor del desarrollo porque no hay transformación económica sostenible sin una revolución de los cuidados”, expresó Alanna Armitage, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en México.
Sin embargo, los cuidados continúan siendo insuficientemente reconocidos y se consideran una responsabilidad prácticamente exclusiva de las mujeres y las niñas.
“Los cuidados son la base que sostiene nuestra vida en conjunto; sin embargo, esta labor ha sido invisibilizada. Este desequilibrio limita la autonomía económica, la salud física y emocional. Un sistema de cuidados debe ser equitativo, inclusivo y adaptado a la realidad de cada persona y territorio. El reto inmediato es cómo pasar de las leyes y los planes a una cobertura efectiva de servicios con una coordinación institucional que no deje a nadie atrás”, señaló la embajadora Graciela Gómez García, directora general de Vinculación con las Organizaciones de la Sociedad Civil de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Según los indicadores de género de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la Agenda Regional de Género en América Latina y el Caribe, se estima que en América Latina las mujeres dedican entre el 12 % y el 24.2 % de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, mientras que los hombres destinan entre el 3 % y el 12.5 % de su tiempo a las mismas actividades.
“El sistema de cuidados es un sistema que necesariamente requiere que todos los sectores, incluidas todas las agencias de las Naciones Unidas, se involucren y estén desarrollando acciones de cuidado desde sus agendas, porque los cuidados son un derecho humano”, agregó Valentina Perrotta, directora de Cuidados de la Secretaría Nacional de Cuidados y Discapacidad del Ministerio de Desarrollo Social de Uruguay.
Unidas para posicionar los cuidados como eje del desarrollo sostenible
La ONU ha acompañado los esfuerzos desde distintos espacios, especialmente a través del trabajo interagencial que realizan en la región los Equipos País de las Naciones Unidas (UNCT, por sus siglas en inglés). En México, Colombia, Brasil, Chile y Uruguay, los UNCT han incorporado en sus Marcos de Cooperación el tema de los cuidados como un eje transversal en la construcción de una sociedad de cuidados.
“El trabajo de la ONU se realiza con un enfoque integral, el tema de los cuidados no podemos verlo solo desde un ángulo. Naciones Unidas acompaña a los países en este esfuerzo para incorporar a sus Marcos de Cooperación a los cuidados como elemento indispensable para lograr la igualdad de género y el desarrollo sostenible”, señaló Peter Grohmann, coordinador residente de Naciones Unidas en México.
En México, el Marco de Cooperación 2020-2025 ha impulsado un nuevo paradigma de corresponsabilidad social para el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, y actualmente la ONU desarrolla un nuevo Marco de Cooperación para el periodo 2026-2031 que busca sinergias con el Plan Nacional de Desarrollo.
Tanto el Plan Nacional de Desarrollo como el Marco de Cooperación elevan el cuidado desde el ámbito privado al centro de la política pública. Este compromiso es concreto y busca expandir un sistema integral de protección social y de cuidados al reconocer la inclusión social de todas las personas.
Por su parte, en Colombia en su Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible 2024-2027 se explicita la cooperación para la implementación de un Sistema Nacional de Cuidados que permita avanzar hacia la sociedad del cuidado; para el caso de Brasil, en su Marco de Cooperación 2023-2027, se identifica como un resultado esperado para 2027 la creación de políticas de cuidados e infraestructuras resilientes que aseguren la igualdad de oportunidades; en Chile, el Marco de Cooperación 2023-2026, identifica la construcción de una sociedad del cuidado como un efecto de las prioridades estratégicas; y, finalmente en Uruguay, su Marco de Cooperación 2021-2025 incluye en sus líneas de cooperación indicativas el desarrollo de las capacidades de las familias y las personas cuidadoras.
Fotografía: Cortesía Tania García / CINU México