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Impactos del nuevo Reglamento de la Ley de Hidrocarburos


La ANIQ advierte riesgos para la competitividad y la inversión ante la eventual publicación del Reglamento de la Ley de Hidrocarburos

La Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) manifestó su preocupación por los impactos que podría tener el nuevo Reglamento de la Ley de Hidrocarburos próximo a publicarse, al considerar que las disposiciones planteadas en el proyecto ponen en riesgo la competitividad de la industria química nacional, la atracción de inversiones estratégicas, la consolidación de cadenas productivas clave para el desarrollo económico y la operación eficiente de los mercados vinculados con el sector químico y petroquímico.

El organismo, que agrupa a más de 260 empresas que representan el 95 % de la producción y distribución privada de productos químicos y petroquímicos en México, comentó que el alcance del proyecto de Reglamento inhibe la competitividad del sector, al disminuir las posibilidades de inversión, alejando al país de los objetivos del Plan México, de la potencial sustitución de importaciones y de la soberanía energética.

La ANIQ subrayó que, si bien la industria química debe ser regulada como sucede en países avanzados, la incorporación de controles y permisos adicionales para la totalidad de la industria química que no se basan en la ciencia, no abonan a la competitividad ni a la inversión en el sector.

“Nuestra propuesta es clara y concreta, el reglamento debe contener una definición de producto petroquímico que es: Aquellos productos utilizados de manera habitual como insumos por parte de la industria petroquímica y que se obtienen de la primera transformación en la industria del petróleo y del gas natural, siendo estos de manera exclusiva el metano, etano, propano, butanos y naftas.

Por el contrario, explicó, que, de no corregirse, se generaría una sobrecarga regulatoria para la industria, con el riesgo de frenar inversiones futuras indispensables para el desarrollo de la industria y de los más de 40 sectores industriales a los que provee insumos estratégicos.

En este sentido, la ANIQ destacó que la industria química es fundamental para la vida moderna y el desarrollo sostenible, pues aporta soluciones a través de materias primas utilizadas en la elaboración de medicinas, empaques, fertilizantes, productos de cuidado personal, materiales de construcción, automóviles y autopartes, así como energías renovables, además de contribuir con innovaciones que permiten la mitigación y adaptación al cambio climático.

El potencial de inversión que se vería comprometido es significativo: de acuerdo con los planes estratégicos de Pemex y del Plan México, podrían detonar proyectos que permitirían sustituir hasta 14 mil millones de dólares en importaciones de productos petroquímicos y fertilizantes.

Asimismo, la industria proyecta una capacidad de inversión de entre 45 mil y 55 mil millones de dólares en los próximos 15 años, recursos que estarían en riesgo si se mantiene el actual proyecto regulatorio.

El organismo advirtió, que estas nuevas regulaciones y permisos establecidos en el proyecto resultan contradictorios con la iniciativa de la Administración Federal de los Estados Unidos, que otorgó a México un plazo de 90 días para definir acciones concretas de desregulación, facilitación del comercio y con ello reducir el riesgo de nuevos incrementos en los aranceles que enfrentan las exportaciones de nuestro país.

Para fortalecer nuestra competitividad en el comercio exterior, señaló que deben instrumentarse medidas para desarrollar el mercado interno como lo son: la extensión indefinida del incremento arancelario para productos químicos establecidos en los decretos del 2023 y 2024, la eliminación de las reglas octavas, así como la eliminación de las fracciones arancelarias de productos químicos de los distintos PROSECs sectoriales.

De no corregirse, el alcance del anteproyecto, las próximas disposiciones comprometerán la competitividad del sector petroquímico nacional, inhibirán la llegada de inversiones y pondrán en riesgo el futuro de las cadenas productivas estratégicas que sostienen el desarrollo económico del país”, afirmó José Carlos Pons, presidente de la ANIQ.

La ANIQ reiteró su disposición a trabajar de manera conjunta con las autoridades competentes para construir un marco regulatorio moderno, claro y competitivo, que dé certidumbre a los inversionistas, fortalezca la soberanía energética del país y permita que México aproveche plenamente el potencial de desarrollo de la industria química y petroquímica.

Fotografía: Cortesía de ANIQ