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BC no se visita… se vive: Descubre las historias que llevarás bajo la piel


En esta edición del newsletter de
Destination British Columbia te presentamos un mundo donde la adrenalina, la cultura y la vida salvaje se entrelazan para crear experiencias que no se viven, se sienten

En cada rincón de la Columbia Británica, la naturaleza no es solo un escenario o paisaje, sino un guía y un cómplice. Aquí, las montañas susurran leyendas, los bosques guardan secretos milenarios y las aguas escriben travesías que desafían el tiempo. En esta edición del newsletter de Destination British Columbia te presentamos un mundo donde la adrenalina, la cultura y la vida salvaje se entrelazan para crear experiencias que no se viven, se sienten. En Whistler la adrenalina es tu fiel compañera en un viaje de asombro para estar de frente a glaciares milenarios. La carretera Sea-to-Sky será tu guía para conocer acantilados y ríos que culminan en aguas termales que restauran el alma. Y aprenderás sobre los mejores lugares para avistar la fauna salvaje y culminar tu pacto sagrado con la naturaleza salvaje de British Columbia. BC no se recorre: se respira, se vive y se lleva bajo la piel. ¿Listo para comenzar tu viaje?

En Whistler, la naturaleza es tu guía y la adrenalina tu compañera

Sumérgete en la energía vibrante de Whistler. Comienza tu día con un buen desayuno en el Southside Diner, donde el aroma a café recién hecho y hot cakes dorados te prepararán para la aventura. Después, desafía los cielos en la tirolesa de Sasquatch, una de las más largas de América del Norte, donde el viento silbará en tus oídos mientras sobrevuelas bosques y valles. Si prefieres un ritmo sereno, el Sendero High Note te conquistará con sus vistas de glaciares milenarios y el lago Cheakmus, cuyas aguas verdeazuladas parecen pintadas por un artista. Para los amantes de la adrenalina, el Whistler Bike Park ofrece 200 kilómetros de pistas donde el polvo de tierra, las curvas cerradas y la velocidad se convierten en una adicción. En Whistler, cada rincón es una promesa: aquí no solo se crean recuerdos, se viven leyendas.

Un circuito para los que buscan lo extraordinario

Embárcate en un viaje por la Montaña Costera de British Columbia, donde la carretera Sea-to-Sky teje acantilados, bosques y revela un espejo azul que hipnotiza con cada curva. En Squamish, la capital canadiense de la aventura, el río Cheakamus reta a los valientes con sus rápidos, mientras los senderos para bicicletas susurran promesas de adrenalina. Más allá, Whistler te espera con su legado indígena: en el Centro Cultural Squamish Lil’wat, las máscaras talladas y los cantos ancestrales revelan el alma de esta tierra. El viaje culmina en las aguas termales de Harrison, donde el vapor acaricia tu piel y el lago refleja cielos infinitos. ¡Abre los ojos, acelera el corazón y deja que BC te conquiste!

Ventanas al alma salvaje de British Columbia

En esta tierra, la naturaleza es una sinfonía: el soplo de una ballena rompe el silencio del Pacífico, las garras de un águila calva dibujan círculos en el agua, y el crujido de un oso grizzly entre los bosques del Gran Oso se mezcla con el susurro del viento. En Knight Inlet Lodge, refugio de osos grizzly custodiado por las Primeras Naciones, los salmones saltan bajo la lluvia eterna. En la Isla de Vancouver, las excursiones con Homalco Wildlife & Cultural Tours desvelan osos entre bosques brumosos, mientras Prince of Whales te lleva al corazón del territorio de las orcas. Las Rocosas deslumbran desde el Rocky Mountaineer donde alces y lobos vigilan rieles, y en Wells Gray, cascadas esconden osos entre nieblas que desafían el tiempo. Aquí, cada encuentro es un pacto: admira, respeta y guarda silencio. ¿Listo para responder al llamado salvaje? La aventura aguarda, pero la naturaleza dicta las reglas.

¿Sabías qué?

En el Santuario de Aves Migratorias George C. Reifel hay más de 300 especies de aves. Este oasis, uno de los 92 santuarios federales de Canadá, ubicado en la región de Richmond, es un paraíso donde conviven garzas, águilas, patos e incluso aves playeras en un mismo lugar. ¡Aquí hasta los canales fluviales y los esteros intermareales se convierten en escenarios de un “festival alado”! ¿Lo mejor? No necesitas ser experto: solo trae tus binoculares y déjate sorprender por el concierto de trinos y aleteos.

Fotografía: Cortesía Destination British Columbia



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