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El reto de transformar los residuos en oportunidades


BioBox, el facilitador de reciclaje número uno en México, comparte datos recientes que permiten visualizar cómo y cuánto están reciclando los habitantes de la CDMX

En una ciudad tan vibrante y compleja como la Ciudad de México, donde se generan más de 13 mil toneladas de residuos sólidos al día, de vez en cuando abre la puerta a reflexiones como ¿Qué hacemos con lo que desechamos? ¿Cuánto reciclamos? ¿Realmente estamos comprometidos en lograr un futuro sostenible?

Cuidar el medioambiente no es una opción, es una urgencia. Frente al impacto visible de la contaminación, la pérdida de biodiversidad y la sobreexplotación de recursos naturales, es importante enfocar nuestras acciones hacia la regeneración, a ir más allá de solo restaurar. Durante décadas, el mundo se apoyó en un modelo productivo lineal —extraer, producir, tirar— que hoy se encuentra en crisis. Ante este panorama, el concepto de economía circular se torna en una necesidad. Basada en principios como la eliminación de residuos y la regeneración de sistemas naturales, busca mantener productos y materiales en uso durante el mayor tiempo posible o darle una segunda vida al reciclarlos.

Y aunque el reciclaje es solo una parte de la economía circular, es el punto de partida. Lo que antes conocíamos como las “3R” (reducir, reutilizar, reciclar) ha evolucionado a ser “9R”: rechazar, reparar, rediseñar y recuperar, con un paso previo: repensar.1 Esto implica no solo cambiar nuestros hábitos, sino transformar la forma en que las industrias, gobiernos y ciudadanos colaboran para construir un futuro más respetuoso con el planeta.

Frente a este desafío, surge una oportunidad clara: educar, facilitar e incentivar el reciclaje con herramientas que realmente conecten con la gente. Desde esta perspectiva, BioBox, el facilitador de reciclaje número uno en México, comparte datos recientes que permiten visualizar cómo y cuánto están reciclando los habitantes de la CDMX. En el marco del día mundial del medio ambiente, esta información no solo revela cifras: revela comportamientos, tendencias, compromiso ciudadano y, sobre todo, esperanza.

Estos datos no solo reflejan las acciones actuales, sino que también marcan el rumbo hacia una ciudad más limpia y responsable. La participación de estas comunidades refleja un modelo de cultura ambiental que debemos replicar en el resto del país.

Fotografía: Cortesía de BioBox

1Jacqueline Cramer, (2014). “Milieu”, Universidad de Utrecht.