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En búsqueda del balance adecuado: conciliar la demanda energética y cumplir con los objetivos climáticos


Javier Mundo*

Como cada año, KPMG, en colaboración con Energy Institute (EI), presenta: Statistical Review of World Energy, un informe que analiza a detalle la producción, el consumo y las emisiones de energía a nivel global.1

En esta edición se destaca cómo está cambiando el panorama energético y las tendencias clave del sector, desde el crecimiento de las fuentes de energía renovables hasta los cambios en el consumo de combustibles fósiles y el impacto de los eventos geopolíticos en los mercados, ofreciendo información de valor para la toma de decisiones y una comprensión más profunda de los desafíos y oportunidades para lograr un futuro energético sostenible y seguro.

Demanda energética a nivel global

La demanda global de energía continúa en ascenso, impulsada por el crecimiento demográfico y el desarrollo industrial, particularmente en economías de rápida expansión como India, China y algunos países del sudeste asiático. En 2024, este consumo aumentó alrededor de 2 %, mientras que en Europa y América del Norte se mantuvo prácticamente sin cambios.

En este contexto, aunque las energías renovables avanzan, aún no lo hacen al ritmo necesario para cubrir la demanda total, lo que ha llevado al uso de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, a niveles sin precedentes, poniendo en riesgo el objetivo climático de limitar el calentamiento global a 1.5°C.

A ello se suma el estancamiento de la eficiencia energética, ya que la cantidad de energía utilizada por unidad de producto interno bruto (PIB) no muestra mejoras, lo que ralentiza el progreso hacia los objetivos de descarbonización.

De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), si se mantienen las tendencias energéticas actuales, la temperatura del planeta podría aumentar entre 2.5 y 3°C para 2100, incumpliendo así con los objetivos centrales del Acuerdo de París.2

Como se mencionó anteriormente, el carbón sigue desempeñando un papel clave. En 2024, su consumo aumentó significativamente en India y China debido al bajo costo y a la fiabilidad del suministro. Asimismo, las tensiones geopolíticas han llevado a muchos países a priorizar la seguridad energética, la asequibilidad y la competitividad industrial sobre una descarbonización acelerada, lo que refuerza la dependencia de fuentes fósiles.

Por lo anterior, el carbón y el gas siguen siendo estratégicos en las políticas energéticas de economías clave en el panorama global, como China e India, especialmente con respecto al avance de la electrificación y los esfuerzos por fortalecer la independencia energética.

Estados Unidos (EE.UU.) sigue consolidándose como el mayor productor mundial de petróleo y gas, reduciendo la influencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), aunque la refinación se concentra en Medio Oriente y Asia. Además, en los países en desarrollo, el consumo de combustibles para transporte sigue en aumento por la lenta adopción de vehículos eléctricos, con la excepción de China.

En este sentido, el panorama energético plantea desafíos críticos a nivel mundial, por lo que las acciones que las naciones y las organizaciones tomen definirán el rumbo de la transición energética. A continuación, compartimos dos áreas clave a considerar durante los próximos años:

  1. Garantizar un suministro energético fiable y asequible sin comprometer la sostenibilidad

La creciente inestabilidad geopolítica impulsa a las compañías a reforzar la seguridad y la resiliencia energéticas, así como adaptarse a los impactos climáticos y fortalecer las cadenas de suministro locales. Por ello, contemplar una matriz energética diversa se vuelve estratégico para reducir la vulnerabilidad.

  1. Avanzar en la descarbonización en regiones dependientes de combustibles fósiles

La demanda de tecnologías de mitigación de emisiones, como la captura de carbono, será cada vez mayor, mientras que los cambios en las prioridades geopolíticas y de seguridad nacional seguirán influyendo en la política energética. Es probable que los mayores avances en descarbonización durante los próximos años se deriven de la sustitución de carbón por gas natural, al ser un combustible fósil con menor impacto ambiental.

En conclusión, la transición energética no avanza al mismo ritmo en todas las regiones, por lo que las decisiones que se tomen hoy definirán la capacidad de cada país para garantizar energía accesible, competitiva y sostenible en las próximas décadas.

Nota: las ideas y opiniones expresadas en este escrito son de quienes firman el artículo y no necesariamente representan las ideas y opiniones de KPMG México.

Fotografía: https://pixabay.com/

*Socio Líder de Energía y Recursos Naturales de KPMG México

12025 Statistical Review of World Energy, KPMG y Energy Institute, 2025.

2Informe sobre la Brecha de Emisiones. Un megahit candente, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 2023.