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Energía renovable y Smart Grids


Las smart grids representan un nuevo modelo energético sustentable que promueve un uso responsable y optimizado de los recursos naturales, contribuyendo a la reducción de la huella ambiental

La conversación sobre sustentabilidad empresarial ya no gira únicamente en torno a compromisos y reportes. En 2025, lo que verdaderamente distingue a una empresa responsable es su capacidad para traducir esos compromisos en decisiones operativas tangibles, medibles y con impacto ambiental directo. La forma en que una industria consume y gestiona su energía —y más aún, cómo la genera— se ha convertido en un indicador ESG de alto peso. La adopción de energías renovables en la industria, aunque también impulsa la eficiencia y la competitividad empresarial, es una respuesta a esta exigencia ambiental.

Hoy, México se encuentra en un momento crítico, sus principales zonas industriales enfrentan una infraestructura energética saturada, riesgos constantes de interrupciones y una demanda creciente. De hecho, el 91 % de los parques industriales ha reportado fallas eléctricas, según la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP). Para las empresas industriales comprometidas con la sustentabilidad, este contexto representa un reto operativo, pero también la oportunidad de liderar desde lo local con soluciones energéticas limpias y descentralizadas.

Infraestructura con propósito: ¿qué es una smart grid?

Las energías renovables en la industria son una vía concreta para convertir la presión del entorno energético en una ventaja competitiva. Frente a un sistema eléctrico nacional que ya no garantiza estabilidad ni capacidad de respuesta, cada vez más empresas están repensando su relación con la energía. La búsqueda de soluciones sustentables ha abierto paso a modelos descentralizados que permiten generar, almacenar y gestionar energía de forma más eficiente, local y limpia. Tal es el caso de las smart grids.

Una smart grid es una red eléctrica inteligente que combina generación distribuida (como energía solar), almacenamiento en baterías, plataformas digitales y sensores avanzados. Pero más allá de la tecnología, se trata de un modelo de energía responsable, capaz de reducir emisiones, asegurar continuidad productiva y fortalecer el cumplimiento de objetivos ESG.

En palabras de José María Galdón, Country Manager de Greening México: “Construir un smart grid en un parque industrial es una inversión en energías renovables en la industria, así como en la competitividad y sustentabilidad a largo plazo”.

Lo ESG no solo se reporta, se construye

De acuerdo con el directivo de Greening México, al implementar una smart grid, las empresas industriales no solo optimizan su consumo energético, sino que también aprovechan los potenciales beneficios de las energías renovables en la industria mexicana, integrándolas de manera eficiente en sus operaciones para fortalecer su sustentabilidad y autonomía energética.

• Reducir su huella de carbono, al abastecerse de energía solar en sitio.

• Cumplir con certificaciones ambientales clave como LEED, EDGE o GRESB.

• Alinear sus operaciones con marcos de sustentabilidad internacionales, como los ODS y los Science-Based Targets.

• Acceder a financiamiento verde o condiciones preferenciales, al demostrar acciones concretas en transición energética.

Más que iniciativas aisladas, estos proyectos muestran cómo la infraestructura de energía limpia puede ser una palanca real para ayudar a frenar el cambio climático desde el sector privado.

México, un país con energía limpia… desaprovechada

Con un potencial solar de 6.36 kWh/m² diarios, México es uno de los países con mayor irradiación en el mundo, según la UNAM. Más de 3,300 MW están instalados en generación distribuida, de los cuales el 99 % proviene de energía solar, de acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE). “Dicho potencial no ha sido aprovechado a plenitud debido a los límites de la red eléctrica convencional, pero las smart grids permitirían utilizar esta energía solar de forma eficiente, local y rentable”, apunta Galdón.

La industria tiene ante sí una oportunidad de liderar el uso responsable de esa energía limpia, mediante esquemas de autoconsumo, almacenamiento y digitalización. Sin embargo, Galdón añade que “la transición energética no vendrá solo desde el gobierno o desde los hogares. Será liderada por las empresas que se atrevan a innovar y conectar sus operaciones con el futuro del planeta”.

¿Cómo se financia la sustentabilidad? 

El despliegue de smart grids en entornos industriales demuestra cómo las energías limpias para reducir costos en la industria ya son una realidad viable. A través de esquemas como Power Purchase Agreements (PPA), leasing energético o financiamiento con enfoque verde, es posible implementar estas soluciones sin que la inversión inicial represente una barrera. Además del ahorro operativo, estos modelos convierten el consumo energético en un retorno medible.

Optar por energías limpias no solo mejora la rentabilidad, sino que también fortalece la reputación corporativa, incrementa la resiliencia frente a riesgos eléctricos y posiciona a las empresas ante inversionistas que priorizan el impacto ambiental y social.

La sustentabilidad energética es más que un componente del reporte anual, es una forma de operar, decidir y construir futuro. La adopción de soluciones como las smart grids ayudarán a reducir emisiones, pero también a garantizar continuidad operativa, acceso a capital responsable y legitimidad ante los grupos de interés.

Porque al final, una industria verdaderamente sustentable no espera cambios externos, los impulsa desde su infraestructura.

Fotografía: Cortesía de Greening México