Según un informe reciente de la organización Ember, más del 50 % de la electricidad que consume el país se genera actualmente con gas importado, lo que representa un riesgo ante la volatilidad de los precios internacionales y posibles tensiones geopolíticas
México se encuentra en un momento estratégico para fortalecer su seguridad energética y reducir la dependencia del gas natural importado, principalmente desde Estados Unidos. Según un informe reciente de la organización Ember, más del 50 % de la electricidad que consume el país se genera actualmente con gas importado, lo que representa un riesgo ante la volatilidad de los precios internacionales y posibles tensiones geopolíticas.
Ante este panorama, las energías renovables —particularmente la solar— ofrecen una alternativa viable, escalable y económicamente atractiva para fortalecer la autonomía energética del país.
“La energía solar tiene el potencial de transformar regiones completas. Gracias a la excelente radiación solar que tenemos en México, podemos generar electricidad limpia y accesible, al mismo tiempo que reducimos nuestra dependencia del gas importado,” — Juan Miranda, CEO de Solar Change
Según el reporte, alcanzar una meta de 45 % de generación limpia para 2030 requeriría la instalación de 46 GW adicionales de capacidad solar y eólica. Esta expansión permitiría reducir la generación eléctrica a base de gas en aproximadamente un 20 %, incluso contemplando un crecimiento del 15 % en la demanda nacional. La sustitución de gas generaría ahorros estimados en 1,600 millones de dólares anuales y evitaría la importación de más de 384 mil millones de pies cúbicos de gas natural.
“Invertir en energía solar no solo representa una decisión financiera acertada, también impulsa empleos locales, fortalece la infraestructura eléctrica y da autonomía energética a comunidades que históricamente han sido dependientes del centro del país,” señaló Juan Miranda.
Uno de los puntos más relevantes del análisis de Ember es el impacto en el empleo. Lograr el 45 % de generación limpia generaría más de 434 mil empleos directos, de los cuales 419 mil se concentrarían en la etapa de construcción de sistemas y 15 mil serían empleos permanentes de operación y mantenimiento. Esto representa casi el doble de los empleos estimados en un escenario con solo 36 % de generación limpia.
“Estamos ante una oportunidad que no se presenta dos veces: acelerar la transición energética no solo es viable, es urgente. El momento es ahora. Tenemos el recurso solar, el talento técnico y el interés empresarial para lograrlo. Lo que falta es una visión más ágil y decidida por parte del Estado para facilitar el camino”, comentó el CEO de Solar Change.
Además de los beneficios económicos y ambientales, el informe advierte que los trámites regulatorios son hoy uno de los principales cuellos de botella. En México, un proyecto de energía renovable puede tardar hasta 4 años en obtener todas las autorizaciones necesarias, mientras que países como Uruguay han logrado reducir estos procesos a menos de 12 meses, sin comprometer el cumplimiento técnico o legal.
La transición energética no puede entenderse solo como una apuesta ambiental o una estrategia económica: es una decisión de soberanía. Garantizar que México pueda generar su propia energía, con sus propios recursos, significa proteger el futuro de millones de familias y empresas ante los desafíos energéticos globales.
Con voluntad política, visión empresarial y participación ciudadana, México tiene todo para liderar la transición energética en América Latina. La pregunta no es si debemos hacerlo, sino qué tan rápido estamos dispuestos a avanzar.
Fotografía: Cortesía de Solar Change