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La COP30 finaliza con nuevas promesas, pero sin un plan para cumplirlas


La eliminación gradual de los combustibles fósiles y la financiación para la adaptación siguen siendo insuficientes

En la COP30 el mundo recibió un nuevo conjunto de nuevas palabras y promesas, pero todavía ningún plan para cumplir con lo que la ciencia demanda, las comunidades necesitan y lo que los países ya acordaron durante negociaciones anteriores.

El resultado contiene elementos positivos respecto a la justicia climática por la que las comunidades han luchado durante mucho tiempo, incluyendo directrices para una transición justa y ordenada hacia las energías renovables con el establecimiento del Mecanismo de Acción de Belém (MBA), incluyendo un lenguaje contundente sobre los derechos indígenas. Esta es una señal importante que el multilateralismo puede transmitir, pero también se necesita urgentemente un plan con plazos concretos para reducir gradualmente el uso del carbón, el petróleo y el gas. Una vez más, los países se marchan con promesas escritas en lugar de las vías, los plazos y la financiación claros necesarios para lograrlo y proteger a las comunidades afectadas por la crisis climática actual. Mientras tanto, los países ricos evitaron compromisos concretos y se negaron a poner fin a su dependencia de los combustibles fósiles.

Finanzas: Cuando llega el momento de pagar, la ambición desaparece

A pesar de la retórica exaltada, los países ricos no lograron aclarar la financiación para la adaptación, el recurso vital más urgente para las comunidades que ya se enfrentan a los impactos del cambio climático. Aún no hay cifras, ni una línea de base, ni garantía de financiación pública, y ahora el plazo se ha pospuesto hasta 2035, lo que dificulta aún más el logro del objetivo de financiación equilibrada adoptado el año pasado.

Las comunidades en primera línea, incluidos los pueblos indígenas y tradicionales, también se ven obligadas, una vez más, a esperar el acceso directo a la financiación, mientras que la UE, Japón y Canadá frenaron el progreso. La UE, en particular, se posicionó como líder climático, al tiempo que se negaba a financiar la adaptación, e incluso amenazó con retirarse cuando se le pidió que aportara la parte que le correspondía.

El poder popular y el impulso global: el punto brillante de la COP30

Fuera de las salas de negociación, los pueblos indígenas, las comunidades tradicionales y los jóvenes se hicieron ineludibles. Su liderazgo fue una de las fuerzas más fuertes de la COP30. Demostraron lo que significa un verdadero liderazgo climático.

El impulso para la eliminación gradual de los combustibles fósiles también está cobrando impulso rápidamente. Lo que comenzó con la petición de Brasil de una hoja de ruta se ha convertido en el apoyo de casi 90 países, respaldado por la sociedad civil y líderes empresariales.

Ahora que existe esta coalición, el siguiente paso debe ser convertir el impulso en un plan. La conferencia sobre la eliminación gradual de los combustibles fósiles en Colombia, que se celebrará en abril, y el proceso entre Colombia, los Países Bajos y Brasil deben aportar la sustancia, los parámetros y el respaldo institucional necesarios para elaborar una hoja de ruta global creíble para la eliminación gradual.

350.org y sus socios seguirán presionando hasta que los compromisos en estos espacios y en las COP coincidan con el coraje y la claridad vistos en las calles de Belém.

Fotografía: https://pixabay.com/es