El número y relevancia de Pymes constituyen un detonador estratégico para el crecimiento sustentable. Como nunca, hay esfuerzos y coordinación. Como nunca, se necesitan más
Jorge Eduardo Atala Palacios, director del proyecto eficiencia energética en PyMEs como contribución a una economía baja en carbono en México (NAMA PyME) que implementa la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) y experto en proyectos de cooperación internacional, esbozó la dimensión de la cooperación necesaria para lograr la reducción de la huella de carbono que se necesita en México. “Es estratégico que haya esfuerzos conjuntos de políticas públicas, financiamiento, desarrollo tecnológico y sobre todo, de visión en las Pymes, las cuales son un detonador clave en todas las industrias”, dijo.
El especialista aclaró que existen numerosas instituciones que están colaborando hoy día en nuestro país para promover el cambio hacia el uso eficiente de la energía. Informó que hay una importante participación gubernamental para que la base de las cadenas de suministro, es decir, las Pymes, obtengan financiamiento de nuevas tecnologías que las van a hacer más limpias, productivas, eficientes y competitivas. En ello está Nacional Financiera (NAFIN), como banca de desarrollo, con programas de créditos sustentables.
También destacó el papel crucial de los principales bancos y en general de las instituciones financieras.
Finalmente, subrayó el rol de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) que apoya el desarrollo sostenible hacia el bienestar social y de la Mitigation Action Facility, (fondo de acción para la mitigación), la cual es una plataforma de referencia que impulsa la acción climática en todos los sectores, mediante apoyo técnico y asistencia financiera para proyectos climáticos ambiciosos en todo el mundo.
El especialista recordó que México se comprometió en la COP29 a alcanzar la meta de cero emisiones netas para 2050. “Todas estas instituciones tienen claro que las Pymes Mexicanas son un detonador para mitigar el cambio climático y que, de paso, las hará mucho más competitivas, por la implementación de prácticas sostenibles, la inversión en tecnologías limpias y una participación más productiva en las cadenas de valor. Son muchos los esfuerzos institucionales para apoyarlas, pero se necesitan muchos más para generalizar la cultura de la eficiencia energética en las Pymes y contribuir con el planeta. Hay que redoblar esfuerzos”, concluyó
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