Reglas globales que cubran todo el ciclo de vida del plástico podrían ahorrar US$200 mil millones a los presupuestos públicos entre 2026 y 2040
En vísperas de la etapa final de negociaciones del Tratado Global de la ONU para Poner Fin a la Contaminación por Plásticos (INC-5.2) — que se llevará a cabo del 5 al 14 de agosto en Ginebra, Suiza — un estudio encargado por la Business Coalition for a Global Plastics Treaty y realizado por la consultora Systemiq refuerza la urgencia de concluir las negociaciones, las cuales podrían dar lugar al acuerdo más importante desde el Acuerdo de París en 2015.
Según el estudio, si no se actúa ahora y continúa el escenario actual de negocios como siempre, la cantidad de residuos plásticos mal gestionados casi se duplicará para 2040, mientras que el volumen total de residuos plásticos generados se espera que aumente en un 68 % en el mismo periodo. Además, se proyecta que la demanda de plástico virgen crezca hasta en un 50 % en comparación con los niveles de 2019.
Sin embargo, la investigación muestra que con reglas globales que aborden todo el ciclo de vida del plástico, el volumen anual de plásticos mal gestionados podría disminuir en un 90 % para 2040. También se podría reducir en un 30% la demanda de producción de plástico virgen en ese mismo año, en comparación con 2019, al limitar el uso innecesario y adoptar un diseño orientado al reciclaje y modelos de negocio circulares.
“Estamos una vez más en un momento decisivo para el futuro del planeta. El acuerdo no solo ayudará a abordar eficazmente la contaminación por plásticos, sino que también aportará mayores beneficios económicos que el escenario sin cambios, con un ahorro público acumulado estimado de 200.000 millones de dólares entre 2026 y 2040. Esto es especialmente importante teniendo en cuenta que los costes de gestión de residuos ya suponen una carga significativa para las autoridades locales, representando entre el 10 y el 20 % de los presupuestos municipales en países de renta baja y media,” afirma Luisa Santiago, directora ejecutiva para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur.
La transición justa es una prioridad para América Latina y el Caribe
Para la región de América Latina y el Caribe, una transición justa es un punto clave en el Tratado sobre los Plásticos. El estudio muestra que las regiones con infraestructura en desarrollo necesitarán invertir en la expansión de sus sistemas de gestión de residuos, lo que representará un gasto público adicional de US$50 mil millones en comparación con el escenario actual.
Sin embargo, esta transición representa una inversión con retornos significativos. La adopción del Tratado podría generar ahorros anuales de US$1 mil millones únicamente en la gestión de residuos plásticos, reduciendo significativamente los costos para los gobiernos de América Latina y el Caribe.
Para países como México y sus vecinos en la región, el financiamiento para permitir una transición justa es esencial. Según Luisa Santiago, “México es un líder natural en el contexto latinoamericano, tiene un rol estratégico en impulsar esta discusión y garantizar que los países en desarrollo no se queden atrás en esta agenda global. Una transición justa no solo promueve un mayor equilibrio entre países desarrollados y en desarrollo, sino que también minimiza los impactos en las comunidades más vulnerables — reconociendo y valorando el rol esencial de actores como los recicladores en toda la cadena de valor del plástico.”
México se ha posicionado como un actor proactivo en el desarrollo del Tratado al unirse a la High Ambition Coalition to End Plastic Pollution, un grupo de países que abogan por compromisos vinculantes a lo largo de todo el ciclo de vida del plástico.
Este impulso también se refleja en esfuerzos multisectoriales como el Pacto por los Plásticos en México (PPMX), lanzado en 2024.
Empresas globales firman carta abierta instando a la finalización del Tratado sobre los Plásticos
Reforzando el interés del sector privado en finalizar el Tratado Global, más de 290 empresas — incluyendo gigantes como Coca-Cola, SC Johnson, Walmart, Nestlé, PepsiCo y Unilever — junto con instituciones financieras y ONG, han firmado una carta abierta dirigida a los negociadores del tratado, destacando la urgencia de un acuerdo ambicioso y armonizado a nivel global.
Las empresas abogan por que el tratado incluya obligaciones en áreas como la eliminación de plásticos problemáticos, criterios de diseño globales y sistemas de responsabilidad extendida del productor (EPR, por sus siglas en inglés). Para los firmantes, estas medidas no solo son esenciales para abordar la crisis ambiental, sino también para generar valor económico, social y ambiental al reducir costos, impulsar la innovación y fomentar la conciencia regulatoria entre los países.
Fotografía: Cortesía Fundación Ellen MacArthur