La Secretaría de Energía reporta que el 36.3 % del consumo eléctrico nacional corresponde a empresas medianas, y un 23.9 % a grandes industrias
Con el anuncio de aranceles a diversos países realizado por Donald Trump durante lo que lleva en su periodo presidencial, se ha redefinido drásticamente el panorama del comercio global. Una de las grandes sorpresas fue que el T-MEC funcionó como un escudo que protegió a México y Canadá de la mayoría de esos impuestos, posicionando a nuestro país como un destino estratégico para la relocalización de cadenas productivas, fenómeno mejor conocido como nearshoring.
De acuerdo con Grupo Hi-Tec (2024), antes de este giro comercial internacional, la inversión proyectada en México rondaba los 80,000 millones de dólares para 2027. Este fenómeno representa una oportunidad de crecimiento del 2.6 % anual del PIB entre 2022 y 2027. Es decir que, si las industrias nacionales juegan bien sus cartas, esta proyección puede aumentar mucho más como una inyección de nuevas oportunidades para el país.
Sin embargo, este aumento acelerado de la actividad industrial ha generado presión sobre las redes eléctricas nacionales. La Secretaría de Energía reporta (en su plan 2021-2025) que el 36.3 % del consumo eléctrico nacional corresponde a empresas medianas, y un 23.9 % a grandes industrias. Sumado al 5.6 % del sector comercial, esto implica que más del 50% de la energía consumida en México proviene del sector productivo.

En ese sentido, es indispensable contar con soluciones en energía que garanticen eficiencia, sostenibilidad y continuidad operativa. Por ello, los sistemas de almacenamiento de energía (BESS) se han convertido en una herramienta clave para afrontar estos retos. Entre ellos están las baterías de litio de la empresa Quartux, que destacan por su capacidad de almacenar energía durante los momentos de menor demanda, cuando el costo es más bajo, liberándola cuando el consumo se incrementa, generando ahorros de hasta 40 % en el recibo de la CFE con tarifas gdmth.
Sus sistemas de almacenamiento de energía y su plataforma basada en inteligencia artificial permiten optimizar el consumo energético de forma personalizada. Asimismo, actúan como respaldo eléctrico ante apagones, reduciendo significativamente las interrupciones operativas y contribuyendo a la disminución de emisiones de carbono.
Estas soluciones energéticas también pueden reforzar la estabilidad energética en sectores industriales críticos, elevando el atractivo de México para compañías globales con políticas robustas de responsabilidad social y compromiso ambiental (y abriendo la posibilidad a incentivos fiscales para este tipo de emprendimientos).
En un escenario donde el nearshoring seguirá creciendo y donde la infraestructura energética será decisiva, el almacenamiento de energía representa una oportunidad estratégica para fortalecer la competitividad del país, generar empleos de alto valor y transformar a México en un líder de la nueva economía global.
Fotografía: Cortesía Quartux
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